MI GUAYAQUIL DE AYER, HOY Y SIEMPRE
Ha transcurrido 477 años de vida citadina, en que se levantó y se
asentó una nueva ciudad llamada Guayaquil, fundada por hombres con codicia, ambición de
oro y dominio: los
conquistadores españoles, blancos
y barbudos e iletrados.
Por
datos históricos sabemos que el 25
de julio de 1535, estas tierras
bañadas por el río Guayas, con salida al
océano Pacífico, les agradó tanto
a los conquistadores, que
dominaron por la fuerza bruta a la
civilización Huancavilca que habitaban en
aquel entonces, dirigida por el líder o cacique Guayas y su
esposa Quil. Que la fundación
fue en los “Tres Cerritos,
Cerro Santa Ana, o en Riobamba ” la verdad es
que nació una
nueva generación, con mezcla de
sangre, raza, costumbre, inclusive con religiosidad de idolatría con buenos y malos
hábitos.
Muchas huellas quedaron desde aquel día de la fundación, heredamos el
idioma español, vínculo que nos
une entre hermanos del mismo pueblo y otros.
Por
muchísimos años, nuestra hermosa ciudad,
se mantuvo relativamente en un
enclaustramiento limitado de progreso, por
esa razón se la calificó como
“Guayaquil pueblo grande” por propios
y extraños, sonaba
a despectivo, más tarde en auto superación muy lento, se la calificó la “Perla del Pacífico” “Guayaquil Puerto limpio clase
“A” hoy en pleno siglo XXI Guayaquil es una Metrópoli
comparable con cualquier ciudad hermana
de otro país.
Nací
en esta linda ciudad el 16 de marzo 1940 el siglo pasado,
con amor
y coherencia, aprendí amar
a mi ciudad natal, desde mi hogar de crianza, mi madre solía llevarme de
paseo al malecón del río Guayas, junto a
mi padre y hermanos tomábamos una taza
de chocolate caliente, tortillas de maíz o
el chiricano ¡Qué exquisito! Nos
deleitábamos respirando el aire
puro no contaminado y escuchar levemente el viento fresco que soplaba en
nuestro rostro, unos pocos caminitos pavimentados, en ellos podía pegar unas carreras con mis hermanos que eran más pequeños. No había
secuestro, podíamos correr, caminar,
saltar a libertad. En mi mente
no se ha
borrado el único animal elaborado
en bronce: el jabalí. Cuando
me convertí en mamá, allá por el año 1967, pude
llevar a mis cuatros hijas, y decirle, “ este jabalí es hermoso,
alrededor de él jugué, lo abrazaba, me parecía real,
y les dije “ ahora les toca jugar a ustedes” Tiempos de buenos recuerdos.
Es
que Guayaquil, siempre fue
una ciudad calidad, linda ,
hermosa, en época de frío o verano o estación seca, contrario a la etapa
lluviosa, húmeda y con alta
temperatura; con todo aquello y mucho más sigues siendo mi ciudad de almendras, mangos, flores y
palmeras.
A
nuestros niños de hoy, quizás no tengan
idea del famoso mercado del Sur, ahora
“Palacio de cristal” tan útil como ayer y hoy;
pues en él, disfruté
viendo y comprando víveres, carnes, frutas, flores muy frescas, las
madres de familias siempre se proveían de productos al
día, pues era un lugar de abastos. Escuchar a las ocho de la mañana “¡carbón, carbón,
llegó el carbonero”!....las mamitas salían
en su búsqueda; ¿cuánto costaba
el saquillo pequeño?....solamente
cuarenta centavos, y el saquillo mediano
ochenta centavos de sucre, de moneda ecuatoriana. El verdulero, el frutero con su voz varonil, levantaban a
los que estaban dormidos “ llevo papas, cebollas, coliflor y más ; el frutero “!
vendo papayas, sandías, melón, guineo, uvas
y manzanas¡” a la verdad que todo este folclor de comercio era una
algarabía de tinte barrial social.
Toda la vecindad era conocida-
La “María
sin tripa” con su marimba
fue una
mujer escuálida físicamente, pero,
que con su talento musical hacía “ un
alto a la vida” de
niños y adultos que se aglomeraban
a su alrededor, tan solo por unos
centavos que se le regalaban. El
mercachifle de cintas, elásticos, imperdibles, el vendedor de telas , la
vendedora de cangrejos, los llevaba a la luz del
día en un charol grande
sobre su cabeza, con un riquísimo
ajicero deleitaba el paladar y gusto de
estos crustáceos. Todos ellos solo
usaban su voz, su garganta, y al
tono de ¡cintas de sedas, o telas de sempiterna o cangrejos!!!!! El pueblo acudía a comprar,
pues llegaban a la puerta de sus casas.
Muchos otros
personajes que hicieron historia multicolor en mi lindo Guayaquil, como el heladero, el fresco de raspado
de hielo, el vendedor de periódico, el dulce “ can de suiza” el canguil calientito
y más marcaron huellas imborrables en las calles
polvorientas y en otro momento de agua, lodo y charcas. En mi juventud con
gran claridad recuerdo a un político el
Profesor-Contador, se auto lanzó a la palestra pública como candidato
presidenciable, su vehículo era una
bicicleta muy gastada, y su propaganda era su palabra.
El que nació
en este Guayaquil caliente, jamás
te dejará de amar, y todo
provinciano que se afincó en
estos lares patrios sentirá amarte porque
aquí es su existencia junto a su
familia, pues encontró una
ciudad de gente generosa, ciudad pujante en el trabajo; el extranjero
se goza conociendo que
nuestro pueblo se alimenta con productos naturales del mar a su mesa y
el fruto de la mata a la boca, se
encuentra con una ciudad de calles amplias y avenidas de ochos carriles.
Es
que Guayaquil, cuna de hombres
y mujeres cantores, poetas,
maestros, artistas, científicos, y más
aún trabajadores por excelencia
hicieron de esta ciudad, noble y patriótica. Los genuinos guayaquileños,
vencieron el miedo a los
incendios, a las catástrofes,
naturales, es esa la
razón que sobre su ayer, se a
afirmado sobre la roca firme de la
superación a base tan solo de trabajar y trabajar, dejando atrás el peyorativo de
tercer mundista.
Has
crecido por tus cuatro
puntos cardinales, amplias avenidas, murales que enseñan nuestra
cultura, puentes elevados, grandes edificios, sectores comerciales de
masificación, aeropuerto declarado muy modernos y usual, parques y jardines con
hermosísima vegetación, ganaste al
mar, convirtiéndola en una playa
para nativos y visitantes: La Playita del Guasmo
Tus habitantes y
autoridades, han concientizado que el
buen vivir está dentro de la misma persona, cuidar el aseo del
hogar es cuidar la
cuna de la ciudad donde nació, es
así que Guayaquil, “Portico de Oro” como
alguna vez dijo un
poeta, se mantiene limpia,
ordenada, por el reciclaje que da
trabajo a muchos nacionales y extranjeros
El hombre y mujer,
no solo somos
madera de guerrero ¡ Qué va! Somos de también con un torrente
sanguíneo de defender con alma,
vida ,corazón y más si alguien intente quitarnos la libertad de conciencia, libertad de palabra, libertad de espíritu que Dios
nos ha dado,
¡Guayaquil por Guayaquil! ¡Guayaquil por la Patria! Cobijada por los colores celeste y
blanco del cielo de tu Creador!