Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 1 Juan 5:4,5

martes, 14 de febrero de 2012

EL AMOR………… EL AMOR

Amados  amigos, en  el calendario universal, se  ha  fijado  una fecha,  para  señalar  que existe  un día dedicado  al  “amor”. Músicos  y poetas por  todos  los  tiempos  se  han inspirado  en esta  palabrita  amor,  nace el verbo  amar, y toda  la  inspiración se la  han  dedicado  a la mujer y hombre,  y viceversa.
El  amor se  ha  clasificado así: el  amor  de los hijos a papá y  mamá,  es el  amor filial; el  amor  entre hermanos, es  el  amor fraternal; el  amor  a Dios es  el  amor espiritual o  de  santidad;  el  amor entre hombre  y  mujer,  es  amor erótico; el amor  platónico es  desinteresado, ideal;  el  amor  ágape puedo  llamarlo amor  entre hermanos cristianos servirse una  comida espléndida. Relativamente existe  el amor a  las  plantas,  amor  a los  animales, a los  objetos,  amor al  dinero.
Hay  que  entender que  de  todas  estas  clases  de amores  mencionados y  otros  más  son diferentes,  equidistantes  en  sus manifestaciones al demostrar el  amor. Vayamos  un ejemplo muy  sencillo: el  amor  a la madre o  padre, los  hijos lo  demuestran con  un  regalo o  comida  especial, hasta  allí  llegó el amor  filial.
El  amor  de  marido  a mujer es  de  doble vía, solo  se acuerdan,  quizás el  día  del  cumpleaños,  de  la misma  manera se hacen  obsequios  mutuamente,  hasta  allí  llegó el  amor marital. Pero,  qué  pasa durante los  365 días del año,  en  los  dos  casos  que he  ejemplarizado: los  hijos desobedecen casi  en  todo a su  madre, juegan  a las  escondidas, cometen  desafueros de  conducta a  la  luz  del día,  la madre es la  última  persona  en  saberlo; los  hijos  mienten por cada  diente, a  diestra y  siniestra; es posible  que  usted  esté  defendiendo  esta  causa,  y  diga: “mi  hijo sí  me  ama” “mi  hija sí me  quiere” porque es buena alumna en  el colegio,  sin  embargo ese  mismo  hijo fuera  de esa  área, dentro  del  hogar grita  a su  madre,  tiene pelea y  discordia con  sus hermanos; exige zapatos  y  ropa  de marca…..  ¿Esto es amor? Pues  le  diré  que  todo es  un interés.
En  el  segundo caso,  el  amor de  pareja  hombre  y  mujer, esposo  y  esposa, el caso  es más fuerte  y cruel,  ….sabe  por  qué? Sencillamente ha  transcurrido  uno,  dos , tres  o más años  de matrimonio o  unión  voluntaria, ambos se  descubrieron  su realidad  de  viejas costumbres    unas  podrán  ser muy buenas, lamentablemente muchas son  copiadas,  adquiridas, aprendidas  de su  entorno, de  su crianza en el  hogar  donde  nacieron;  y  cada  uno  lleva dos  maletas muy  grandes al  nuevo  hogar  a la  nueva  familia, costumbre del  viejo  hombre  o  de la vieja mujer   y  como  si esto  fuera  poco  cada  uno  también entre manos tiene una mochila  donde  están todas  las  triquiñuelas y  algún  haz en  el  fondo  de  la misma para  dominar  a su  pareja……. ¿y  el  , amor?  a dónde  quedó, con  esos halagos, palabras  bonitas,  tarjetitas,  chocolates, paseos,  regalitos, etc., etc. Acaso  todo  fue tan  efímero,  superficial?.....O  simplemente fue  una  conquista territorial,  donde  el  dueño o cacique,  se  apropió  de la  persona y  su producción,  y  cuando  uno  de  los  dos “se  da  cuenta  que ha  sido dominado,  enclaustrado,  silenciado su  voz, que  su  auto  estima está  bajo  cero;  siente  todo  el deseo  de  protestar  por  la  inconformidad…..qué  pasa?......cual  es  el  resultado…..Actuar   en conformismo  en  posición  de esclavo-a  o tomar la  posición  de ”que pasa  con el  amor  que  di a  mi  esposo a mi  esposa”
En  el caso  de los  hijos a  sus padres  y viceversa….que  sucedió  en  el camino  de crianza  y  protección? ..Es  simple  la  respuesta. Ellos  vieron  y  fueron parte  de  la  película de  peleas,  discordia,  insatisfacción,  repetición  de  palabras  sucias, obscenas,  maltrato  físico  a  ellos  como  hijos,  y maltrato  de puñetes, agresividad,  ultraje,  violación  a su madre,  en  conclusión, el  amor  filial,  nunca  existió,  el  pan  amargo  y  duro, no era  amor, fue una necesidad  por  supervivir.  Respeto, ternura, ayuda  mutua,  atención,  afecto de  beso,  abrazo, no  eran  practicas  en  ese  centro. ¡Que  pena!....pues  la  historia  se  vuelve a repetir.  De  allí  que en  cualquier  lugar  del mundo encontremos divorcios, separación, unión libre del  hombre  y  mujer sin compromiso matrimonial e hijos  rebeldes que  prematuramente abandonan  a sus  padres y madres.
Reflexionemos: se dirá  es  que se han  perdido los  valores,  o  sea las  buenas  costumbres.  Podría  decir que en cierto sentido es relativa esa pérdida. Pero  las  buenas  costumbres no  engendran,  ni dan  amor.
Piense  en este  momento,  en  el  sector  donde  vive,  o  el medio  de  su trabajo, o  en su  propio hogar,  cuantas  veces  presenció  familias cultas  de  buenas costumbres  que se insultaban  entre  ellos,  o el esposo criminalizó  a su mujer,  …….y  tenían  buenas costumbres? Se  puede  tener hábitos  muy  bonitos,  agradables y  ser  la  persona  interesante en  su lugar  de trabajo….. ¿Y  en  el  hogar,  dulce  hogar? Manifiesta  su cansancio a  la  familia, estorbo de sus  hijos, las  acciones  de su  esposa  ya  no  le  agradan como  en los  primeros  días  de matrimonio,  pues  todo era  dulce, hogar  dulce hogar.
Es  mejor que  vayamos  a la  Biblia, palabra  de  Dios,  es  la  única voz  autorizada a enseñarnos ,  qué  es el  amor?  y  como  vivir  en  amor.
El Padre  eterno habló de amor,   enseñó el amor  y    demostró  el  amor,  lo practicó  cuando vio  que  el  primer  hombre  y  mujer  que  lo creo  y  lo  diseñó  a su  imagen  y  semejanza le desobedecieron; y  cómo demostró  su  amor?,  enviando a  su Hijo el  Señor  Jesús a morir por los  pecadores.
Y  cómo  Jesús nos  enseñó a  vivir y  convivir  en  amor en  esta  tierra?.....Pues  cuando  fue  calumniado perdonó al ofensor, un  hombre  lo vendió  por  treinta  monedas,  también  lo perdonó;  pero, este  hombre  tomó  sus  propias decisiones.
Fue llevado ante  un  concilio,  y  perdonó a todos  ellos. Al  enfermó  sanó de cuerpo  y alma,  y nunca le  dijo: “gracias” abandonaron al Médico  y  al  Maestro, y en la  cruz ,  un pecador que  se burlaba  de El, lo  perdona  y  le  dijo: “Cuando vaya  al  cielo,  hoy mismo estarás  conmigo en el  paraíso” ¡ Que  amor  el  de mi  amado Jesús!!!!! Usted  dirá  en sus cabales,  “eso  es  porque  Jesucristo  es  Dios,  yo  no soy  Dios”  Jesús era  humano  cuando  vino  a la  tierra  a  vivir y  convivir  con  los  seres  de este  planeta. Recordemos un  encuentro que  tiene con una  de  las  mujeres  que los hombres  la  querían  apedrear,  matarla,  porque  ella  estaba en  el hecho carnal  del  pecado,  Jesús,  no la maltrató,  no  la  castigó,  no la  injurió  con palabras sucias  y calumniadoras,  no la  desacreditó, no  le  repitió  nunca su  pecado, todo  lo  contrario,  le  habló  con  palabras  de  amor, dulzura, buen trato, sin  reproche. Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.  Jn 8:11
Por  lo  tanto  el verdadero  concepto  de  amor, no  es esclavizar a la  otra  persona,  no  es  tan solo dulces, besos, abrazos  y  sexo, lavar,  cocinar, trabajar, reir cantar y  otras añadiduras  ;  el verdadero  amor es  PERDONAR, OLVIDAR Y  AMAR.
Sí amamos  a Dios,  amamos  y  cuidamos  nuestra  persona; amamos a  la  que  es  ahora mujer, enamorada,  novia, esposa , madre de nuestra juventud, porque  Dijo…  Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne  . . . . . ..  Gén 2:23
Por lo  tanto el  hombre,  no tiene ni deber,  ni  derecho  de  recordar los  errores de la  mujer o  hijos que  ama; por  consiguiente,  la mujer no  tiene ni deber, ni derecho de  recordar los errores  a  su marido e  hijos  que  ama. Jesucristo  nunca nos  recuerda nuestras fallas,  errores,  pecados. Sigamos  su máximo ejemplo.
Como  base  substancial  y  coyuntural ,  el Señor  Jesús  nos  dejó  un mandato, orden  evidente: Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y el grande mandamiento.  Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22: 37-39